miércoles, 21 de febrero de 2018

Quipucamayoc: historia de un cuento, y de una traducción



La idea que sustenta la historia de “Quipucamayoc” surgió tras una discusión en el ciberespacio, respecto a la posibilidad de escribir relatos o novelas de ciencia ficción ambientadas en la América precolombina, sustentadas además en las tecnologías propias de los pueblos originarios. En una frase suelta, resumí el argumento de “Quipucamayoc” de manera un tanto casual, basándome en la figura del Quipucamayoc como una especie de científico, alguien que no solo domina un área del conocimiento, sino que fuera capaz de “experimentar”. Tiempo después, el escritor y editor José Donayre Hoefken me sugirió que escribiera un cuento para la página web “Cyberayllu”, y fue así que por fin plasmé la historia del “Quipucamayoc”, la cual se publicó originalmente en el año 2005 en dicha página web, para ser posteriormente publicada en versión impresa por Ediciones Altazor en el año 2014, incluida en el libro de cuentos "El primer peruano en el espacio". Además de los comentarios positivos que obtuvo por parte de diversos  lectores dentro y fuera del país, entre ellos los de la gran escritora cubana Daína Chaviano, “Quipucamayoc” me ha deparado la gran satisfacción de lograr escribir un cuento de ciencia ficción basado en el legado científico y tecnológico de nuestros pueblos originarios.

Actualmente, existen cerca de diez millones de quechua hablantes, distribuidos en diversas zonas de Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Así como esta invención original de dichos pueblos originarios – el quipu en sí –, ha sido una fuente de inspiración para redactar esta visión del pasado “científico” del Perú, consideré que debía corresponder a estos pueblos, ser recíproco con ellos, puesto que, de alguna manera, había “tomado” algo de su patrimonio inmaterial para servirme de ello.  Gracias a la iniciativa del cineasta Álvaro Mejía, quien tuvo la idea de la traducción, y que además me facilitó el contacto con la traductora Georgina Maldonado, “Quipucamayoc” ha sido vertido al idioma quechua (versión cusqueña, valga la aclaración), como un humilde reconocimiento de los grandes logros de las culturas prehispánicas. Espero que nuestros conciudadanos quechua hablantes disfruten del cuento en esta versión.

Y, como si fuera necesario aclararlo: “Los quipus formaban un sistema mnemotécnico mediante el cual se registraba la información necesaria. Podía tratarse de noticias censales, de montos de productos y de subsistencias conservadas en los depósitos estatales. Los cronistas mencionan también quipus con noticias históricas pero no se ha descubierto aún como funcionaban. En el Incario, personal especializado manejaba las cuerdas y el quipucamayo mayor tenía a su cargo las cuerdas de toda una región o suyu. (María Rostworowski, Los Incas )”.


Lima, 21 de febrero de 2018
Día Internacional de la Lengua Materna

Daniel Salvo

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